Hay momentos en la vida que uno ha de tomar decisiones, arriesgarse y avanzar. Todos hemos sentido esta sensación alguna vez. Sin embargo no sabes si serás capaz de lograrlo o tan siquiera llegar a la meta. Pero hay algo que te empuja, que te mueve, que te hace sentir que sí lo vas a lograr, que puedes y que darás lo mejor de ti. Es una sensación de Certeza que te embarga y te ayuda a dar los pasos adecuados en la vida. Como si algo o alguien tuviera una visión mucho más amplia de todo cuanto está por venir. Como si un guía o ángel de la guarda te protege y te ayuda a proseguir.
Son muchas las emociones y sentimientos que se mueven en el camino, que no son más que los pasos que día tras día hemos de dar para superarnos y dar lo mejor de nosotros mismos.
El Origen del Camino de Santiago de Compostela está relacionado con el descubrimiento de los restos del Apóstol, hecho por lo cual en la Edad Media se convirtiera en meta para peregrinos de todo el mundo.
Antiguamente en el lugar donde se encuentra la ciudad histórica, conocida antaño como monte Libredón, se asentaba una villa romana, avalada por excavaciones arqueológicas que así lo confirman. Cuya vida se prolongaría hasta el siglo VII.
Cuenta la leyenda que seis siglos antes, se habría levantado, un mausoleo donde los discípulos del apóstol Santiago, Teodoro y Atanasio habrían enterrado sus restos. La tradición cristiana indicaba que el Apóstol había predicado en vida en el conocido finis terrae hispano y que, tras regresar a Palestina y ser decapitado, sus seguidores habrían querido traer su cuerpo a este lugar, el más lejano donde predicó. Es en el siglo IX, cuando el ermitaño Paio ve entre el 813 y 830, cómo unas luces o estrellas, iluminan unas ruinas de una necrópolis antigua. Y es entonces cuando avisado el Obispo Teodomiro, de la vecina Iria Fravia, examina el lugar e identifica los restos del sepulcro. Se comunica el descubrimiento al monarca del reino astur-galaico, Alfonso II. Ante el hallazgo, el rey no duda en emprender camino hacia Santiago, figurando para la historia como el primer peregrino. Al llegar a Compostela, en el lugar donde se encontraron los restos una primera iglesia y ordena construir un monasterio para los monjes que deberían custodiar el templo y los restos del Apóstol. Se trata del monasterio de San Paio, que en la actualidad permanece en las inmediaciones de la catedral habitado por monjas de clausura. La primitiva iglesia, consagrada en el año 834 se amplió en 874 por orden de Alfonso III debido al continuo paso de peregrinos que acudían al lugar.
Asi fueron pasando los años hasta nuestros días. Con 1200 años de historia donde Santiago de Compostela se consolida como uno de los lugares más concurridos de peregrinación junto con Roma y Jerusalén.
En 1993 el Camino de Santiago fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Inicie el Camino de Santiago, con la duda de dónde empezar y con la idea de hacer un tramo de él, ya que sólo disponía de 27 días para realizar 775 km y lo habitual son 33 días. Me comentaron que lo mejor era empezar en Roncesvalles ya que las etapas son más progresivas en longitud y altitud. Sin embargo una energía me movía a iniciar desde Sant Jean Pie de Port, en Francia. Me dijeron, es la más dura de todas y la más bella. Y así fue. Mi cuerpo no estaba acostumbrado a tal esfuerzo, mi mente alimentaba dudas, si seré capaz, si mis piernas aguantarán o aparecerá alguna lesión que me impida avanzar. Sin embargo curiosamente el corazón estaba tranquilo, sereno, como si ya hubiera vivido la experiencia y tuviera la certeza de que todo iba a ir bien. Y así fue. A lo largo del Camino descubrí de donde provenía tal Certeza.
La decisión de iniciar desde Sant Jean, marcó todo el Camino. Apareciendo personas maravillosas, momentos y situaciones donde poder compartir, ayudar y transmitir lo que se.
A medida que avanzas te van acompañando las flechas amarillas que te indican los pasos a seguir. Gracias a ellas es más fácil llegar a tu destino. Sin embargo para verlas, has de estar atento, has de estar presente. Si… tienes mucho tiempo para pensar y eso te aleja de tu caminar. Y en ocasiones despistarte de las señales del camino que te ayudan a alcanzar tu objetivo.
Lo mismo pasa en la vida, muchas veces la mente nos aleja del presente y nos desvía de un camino mucho mas rápido y sencillo donde lograr esos sueños tan anhelados.
En muchas ocasiones nuestros pensamientos están más preocupados en llegar a la meta que disfrutar de cada paso que das. El esfuerzo, los kilómetros y en ocasiones la climatología hacen que la energía que te mueve sea la de llegar a tu destino.
Gracias a todo lo que he aprendido con el Método Ataraxia y el trabajo personal realizado a través de él, me han ayudado a reforzar mi mente en creencias positivas, fortalecer el Corazón para sentir que sí es posible lograrlo y en consecuencia prestar atención al cuerpo físico para lograr alcanzar el propósito marcado.
Los 775 km que separan Sta. Jean Pie de Port de Santiago de Compostela, parecen impensables de poder caminar seguidos, manteniendo los pies intactos y así es. Es un propósito a largo plazo que muchos lo realizan por etapas en función de los días de vacaciones que disponen o de lo que su cuerpo sea capaz de aceptar. Sin embargo centrarte día a día en pequeños propósitos como llegar al pueblo que te has programado, hacen que vayas avanzando y acercándote a tu destino.
Pequeños propósitos hacen que logres metas más grandes. Tal y como sucede en la vida. Parece difícil, pero no es imposible. Y esa actitud es la que te mueve a seguir avanzando.
Son muchos los peregrinos que alcanzan Santiago. Y todos sentimos al llegar que el auténtico camino inicia ahora. En este instante, es el momento cero. El punto de partida para iniciar una nueva vida. Siendo conscientes de cada paso que das. Sintiéndote agradecido por todas las experiencias vividas y por las que vendrán. Porque tienes la certeza que serán las adecuadas para tu caminar. Una experiencia de vida que te ayuda a evolucionar y alcanzar todas tus metas.
Como dijo el obispo de la Catedral de Santiago de Compostela.
“Peregrinar, es afrontar la Vida”
En ocasiones las cosas no son fáciles, se producen cambios, dolor y dificultades. Aceptarlas, afrontarlas y superarlas nos hacen más fuertes y hace que todo esfuerzo sientas que merece la pena.
Con ayuda todo es más fácil.
Somos Peregrinos de la Vida.
Aprovechémosla viviendo y disfrutando de ella.